viernes, 5 de septiembre de 2008

Empresarioas perciben soborno como practica comunen el sector empresarial

24 de Agosto de 2008

El dato resulta de la Primera Encuesta sobre Prácticas contra Soborno en Empresas Colombianas, de la Corporación Transparencia por Colombia y Universidad Externado de Colombia, hecha en ocho ciudades.
El estudio abarca a 537 pequeñas, medianas y grandes empresas, también revela que para los empresarios el pago de 'comisiones' es algo normal y que hacer contribuciones a políticos y dar regalos produce a la larga buenos frutos.
El informe, que se realizó en el segundo semestre de 2007 y se dio a conocer este jueves refleja la poca confianza que tienen los empresarios en sus colegas. El 48 por ciento cree que el soborno y la competencia están íntimamente ligados, y el 54 por ciento lo ve como una estrategia comercial para obtener mayor participación en el mercado. "Los empresarios sienten que si no usan las mismas herramientas pueden quedar relegados de los negocios. Por eso ven el soborno como una práctica más dentro del esquema", explica Alma Balcázar, coordinadora del estudio.
Entre los motivos de presión para dar u ofrecer sobornos, el 73 por ciento considera que están los engorrosos trámites y procedimientos ante entidades estatales y el 48 por ciento sostiene que también es un requerimiento de los servidores públicos para hacer "bien" su trabajo.
El estudio, cuyo objetivo era indagar el nivel de desarrollo de las prácticas empresariales para prevenir el soborno y motivar a los empresarios a implementarlas, indica que hay escasos controles internos en las empresas para prevenir el soborno. Al respecto, sólo el 36 por ciento dice realizar algún tipo de control para vigilar la procedencia y destino de pagos a terceros. "La encuesta evidencia que se requieren mejores controles internos y auditorías en las empresas para prevenir el soborno. Una práctica que, sin duda, es difícil de controlar", agrega Balcázar.
Como era de esperarse, el informe revela que las grandes compañías tienen mayores prácticas para prevenir el soborno y que las medianas y las pequeñas están más expuestas a ofrecer o recibir dádivas a cambio de beneficios. "Las grandes cuentan con mejores condiciones para implementar prácticas que prevengan el soborno y están más dispuestas a hacerlo, mientras que las medianas y las pequeñas todavía no se ven en esa onda", recalca Balcázar.
Sobre los canales de denuncia, el 37 por ciento de los empresarios señala que los empleados tienen todas las garantías para denunciar sin miedo cualquier irregularidad que encuentren en la compañía o en un proveedor. Un 22 por ciento de las empresas cuenta con canales de denuncia para terceros y el 31 por ciento incorpora lineamientos sobre prácticas antisoborno en las capacitaciones y comunicaciones internas.
Y en relación con sus representantes de ventas, el 32 por ciento de los directivos asegura que les da a conocer su posición de rechazo al soborno, frente a un 68 por ciento que pasó de largo por esta pregunta. "La primera condición de responsabilidad social para una empresa es ser transparente y eso implica que todo el proceso interno debe serlo", dice Balcázar. "Lo malo es que no son muchas las compañías que manifiestan contar con prácticas para prevenir el soborno", puntualiza.
Pero lo curioso es que aunque los empresarios perciben que el soborno es una práctica nefasta y la rechazan, solo un 11 por ciento tiene un programa estructurado para prevenirla y apenas un 25 por ciento se reserva el derecho de terminar un contrato ante un ofrecimiento o pago de un soborno por parte de los contratistas y proveedores. "Aquí se ve la doble moral de los empresarios. Por un lado ponen el grito en el cielo cuando hablan de corrupción y, por el otro, no reprimen las malas conductas y prefieren quedarse callados", dice Juan Rincón, analista económico.
Lo cierto es que este diagnóstico empresarial, primero que se hace en el país, prende las alarmas sobre una práctica que parecía exclusiva del sector oficial y demuestra que la empresa privada no es ajena a conjugar el verbo sobornar y, lo peor, hace poco esfuerzo para evitar pronunciarse.

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